quarta-feira, fevereiro 25, 2009

OLÉ






El Oporto se marchó del Vicente Calderón con la sensación de haber dejado escapar con vida en su propia casa al Atlético de Madrid. Los rojiblancos volvieron a mostrar una vez más su peor versión. Esa en la que la defensa es un auténtico coladero y en la que hasta el delantero más flojo parece el mejor Ronaldo. Los portugueses se pudieron marchar de Madrid con la eliminatoria sentenciada e inexplicablemente no lo hicieron. Sólo Leo Franco y Forlán mantuvieron el tipo en un partido para olvidar.

La incógnita antes del choque era saber si el Atlético pasearía también por Europa el fútbol que tan malos resultados le está dando en Liga. Lo hizo. Y eso a pesar de que el encuentro se le puso de cara nada más comenzar. Agüero puso un balón a Forlán dentro del área, el uruguayo no llegó a alcanzarlo pero Maxi -que le cubría bien las espaldas- se encargó de convertirlo en gol. Parecía que la maquinaria estaba engrasada.

Eso hasta que entró en escena la defensa rojiblanca. Se sabía que el tridente ofensivo del Oporto era peligroso, pero la zaga atlética se encargó de convertirlo en sublime. Lisandro, Cristian Rodríguez y especialmente Hulk hicieron lo que les dio la gana en el césped del Calderón. Se marcharon en velocidad de sus marcajes siempre que quisieron y dispusieron de ocasiones para dejar la eliminatoria más que sentenciada.

Tantos fallos atrás y tantas comodidades para los delanteros sólo podían acabar de una manera. A los 20 minutos de partido Pablo calculó mal. Saltó a por un balón alto y se le escapó, dejando solo a Lisandro ante Leo Franco. El argentino no rechazó el caramelo y puso las tablas en el marcador.

A partir de ahí llegó la exhibición de los lusos. Ni se sabe cuántas veces los delanteros del Oporto recibieron pases al hueco ante la pasividad de los defensas. Hulk ganó casi todos los balones divididos a Pablo y Lisandro tuvo ocasiones de sobra para engordar sus estadísticas.

Cuando peor estaban las cosas para los locales la fortuna quiso sonreir a los colchoneros. Forlán, el único delantero que creó algo de peligro, lanzó uno de sus latigazos y Helton se lo tragó. El portero brasileño se confió y permitió que el balón se le escurriese de las manos una vez lo atrapó.

Tras el descanso el Atlético hizo un pequeño amago de ganar en seguridad. Por momentos los defensas parecían mejores y, sobre todo, el balón les duraba más en los pies a los centrocampistas. Abel consideró que Agüero no era capaz de ganarle la partida a Rolando y Bruno Alves y decidió apostar por Sinama ante el enfado del Calderón.

De nuevo se trataba de un espejismo. En su enésima embestida por la banda izquierda Cristian Rodríguez combinó con Cissokho y éste puso un centro medido a Lisandro para que marcase el segundo y pusiese las tablas definitivas en el marcador.

Con el partido así el Oporto no quiso hacer sangre. El Atlético era totalmente inofensivo en ataque y, salvo una cantada como la del segundo gol, parecía muy difícil que marcasen otro tanto. Redujeron la presión y lo dejaron todo visto para la sentencia de O Dragao. Más les vale a los de Resino cambiar el chip o lo de la Champions habrá sido un sueño que se acaba muy pronto.



Eu hoje estou virado para Espanha...:-))) para já a crónica da MARCA...

OLÉ invejosos do meu país!!! Vão a correr para a porta da UEFA e dos TAS, vão...